lunes, 29 de abril de 2013

Al ritmo de la isla

Vengo de un lugar no muy lejano,
donde los sueños se hacen realidad,
¡un paraíso!

La isla roba los corazones 
de todos aquellos que se atreven a aventurarla.

En esta mágica isla,
hasta el más cuerdo puede rozar la locura,
quien creyó perder la fe puede recuperarla,
quien cree que lo ha visto todo descubre lugares inesperados.

Te hace sentir vivo y el corazón te late al ritmo de la isla.

El murmullo del mar apacigua las almas salvajes,
sus piedras volcánicas te contagian la energía.

Y te encuentras allí, 
sentado, 
observando como se pone el sol
y lentamente va adentrándose en el mar,
en silencio,
con una belleza que deja sin aliento.

Amanece.
El sol nace con fuerza,
con ganas de un nuevo día.
Te hace vibrar.
Te mira fijamente a los ojos.
Te llena de energía,
de vida.


Aunque no caminaras por sus senderos,
no te adentraras en sus bosques,
no te bañaras en sus aguas cristalinas,
no acariciaras su arena,
no vieras nacer un nuevo día desde sus acantilados,
aunque nunca lo experimentases,
se lleva en la memoria,
como un deseo que incita a conocerlo
y deja paso a los sueños.

Pero en la isla se sueña con los ojos abiertos,
disfrutando de todos y cada uno de los momentos y rincones
que te absorben profundamente.

Allí se vive al límite del tiempo.

Y cuando la abandonas y piensas en ella y en su belleza,
el corazón te vuelve a latir...
Al ritmo de la isla.



Menorca
Agosto 2012